viernes, 28 de noviembre de 2008

Cultura de Ansilta














La cultura de Ansilta data su comienzo hacia el año 1.800 AC y se prolonga por un período no inferior a los 2.000 años. Tuvo su epicentro en la región de microclimas de altura situada al sudoeste de la provincia argentina de San Juan, mas específicamente en la zona del actual departamento de Calingasta, ocupando el valle y los contrafuertes de la imponente cadena montañosa de Ansilta. 

A unos 70 km. del actual poblado de Barreal se encontraron recientemente una serie de grutas que otrora fueron habitadas por individuos pertenecientes a este grupo cultural. A partir de los restos arqueológicos hallados se comprobó la teoría de que dicha cultura fue la primera en introducir la agricultura en la región, actividad que se veía favorecida por la abundancia de arroyos y su clima húmedo.  El hallazgo ratifica además que los pobladores fueron inicialmente nómades provenientes del área del pacífico, en el actual Perú, y que ingresaron a la zona atravesando el árido y seco norte de Chile y las cañadas y parteaguas de la cordillera de Andes, cuyos picos en la región alcanzan normalmente los 6.000 mts de altura.
 
De esta serie de hallazgos, la gruta más grande se encuentra ubicada a una altura de 2998 mts. sobre el nivel del mar, próxima al arroyo Ureta, que conjuntamente con el Uretilla conforma un microambiente propicio para la labranza y la agricultura. Existen en la zona otras cuevas que están siendo estudiadas y donde, según los informes mas recientes, se han hallado abundantes puntas de flecha y restos de piedras en forma de mortero. El techo interior de casi todas las formaciones se encuentra impregnado de tizne, lo que da a entender que las mismas eran utilizadas como cocinas para la comunidad. Extramuros los habitantes habían desarrollado una interesante técnica constructiva de chozas cónicas, unas veces subterraneas y otras veces construidas sobre plataformas, de acuerdo a la necesidad y para protegerlas del fuerte viento de la región y de los aluviones de piedra y barro en temporada de lluvia y deshielo.
  
El período de desarrollo de la cultura de Ansilta es el más extenso que se conoce en la historia de los pueblos precolombinos. Es de notar la ausencia de la papa, un rasgo cultural notoriamente altiplánico, entre sus cultivos. Su más antigua cronología se situa con un poco de anterioridad a la de las culturas de Chiripa y Tiawanaco (Bolivia). Si bien su sociedad no alcanzó un desarrollo demográfico alto vivían en grupos familiares muy bien organizados y se dedicaban a la caza, la recolección de huevos y frutos de algarroba y chañar, la explotación de la ganaderia de la llama y  a la siembra de maíz, quinua, zapallo y porotos. La grasa de los animales y las abundantes hierbas de los campos eran también elementos útiles para su subsistencia.
 
La estatura en promedio de un individuo adulto casi nunca superaba el metro sesenta y eran de piel oscura. Sus rasgos de belleza física eran importantes (bajo el patrón occidental de la misma), su cabello era lacio y por lo general lo llevaban corto o peinado hacia atrás. Sus ojos eran pequeños. Las armas más usadas en la caza eran el lanzadardos (o estólica), los cuchillos de obsidiana y los puñales de hueso. también confeccionaban utensilios y herramientas de madera. La materia prima con la que confeccionaban su indumentaria era la lana, las plumas y las fibras vegetales. Muchas de sus manifestaciones estético/religiosas se manifiestan a través de las pinturas rupestres halladas, las que se realizaban con tierras de colores y resinas vegetales. También representaban en sus esculturas figuras de animales de la región (sapos, lagartos, caracoles, ñandúes y ocelotes). Se han encontrado pipas e inhaladores que probablemente utilizaban en rituales chamánicos para consumir sustancias psicoactivas como el cebil. Enterraban a sus muertos en fardos funerarios en el interior de grutas y ataviados con mantas tejidas, en el caso de algunos varones estos eran adornados con gorros cónicos artísticamente decorados y de cuidada elaboración, atribuibles a personas importantes o a jefes. También es llamativo el hallazgo de flores en los entierros, lo que hace suponer que, además de como adornos, estás ofrendas eran dejadas como comestible o con alguna otra finalidad ligada al culto. No utilizaban técnicas de momificación, pero las condiciones climáticas y el PH de los suelos permitieron la conservación de muchos de los restos, la mayoría de ellos fechados en la brecha existente entre los años 450 AC y 580 DC. En el último período de su desarrollo la cultura Ansilta dejó reflejada en su alfarería notorias influencias de las culturas de La Aguada y de San Pedro de Atacama.

Darig Leynaud

Fuente: "La cultura de Ansilta" de M. Gambier. Universidad Nacional de San Juan. Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo, Facultad de Filosofía Humanidades y Artes. Museo de Laja, San Juan, Argentina. 
  

2 comentarios:

grace22 dijo...

Muy buena información necesaria.

Marina Martelli / Darig Leynaud dijo...

Recién leo su comentario, muchas gracias, un gusto el que le haya sido útil la información.